Hacer tapices:

Los tapices que embellecen las paredes de muchos hogares encierran un largo proceso de elaboración, un trabajo personal y creativo.
Vamos a tejer un tapiz en telar, alto, liso, de muy fácil ejecución, sin entrar en grandes detalles y puntos complicados.
Las técnicas de elaboración de los tapices, aún cuando no es complicada, requiere observar un conjunto de normas de preparación y manipulación de materiales.
MATERIALES
Para elaborar un tapiz necesitaremos un bastidor (en nuestro caso usamos uno de 116 cm por 89 cm, aunque solo se utiliza una parte), con clavos sin cabeza colocados en la parte superior e inferior a lcm de distancia en línea recta que nos permitirá colgar el tapiz con barral, como lo vemos al final; lanzaderas (varias), un peine, tijeras, cinta métrica, cartón con el dibujo elegido, lanas de los colores a utilizar y diez o quince cabos de algodón de urdimbre.
MONTAJE DE URDIMBRE
Atamos un extremo de la urdimbre en el primer clavo de la parte inferior y bordeamos con las cuerdas de urdimbre el primer clavo de la parte superior para después pasarlo por el segundo de abajo y así sucesivamente hasta conseguir el ancho deseado.
Al hacer este ejercicio, arriba y abajo, abajo y arriba, procuraremos que la tensión sea uniforme, aunque sin demasiada tirantez. Para equilibrar la urdimbre con el fin de que los hilos queden equidistantes, procedemos a realizar una trenza en la parte inferior bien apretada.
Para ver cómo se hacen las trenzas, podemos observar detenidamente el. Según éste, colocamos el hilo como indica el dibujo, agarramos el cabo que está delante y lo hacemos pasar por detrás del siguiente hilo de la urdimbre. Esta acción se repite sucesivamente hasta el final, donde realizaremos un nudo bien afianzado.
Para mayor facilidad, colocamos un listón o regla que separará las urdimbres en pares e impares.
Llegado este momento, confirmamos el cartón elegido (un paisaje en nuestro caso) remarcando en la urdimbre el dibujo. Hay que procurar dejar el cartón bien fijado por detrás, pues lo utilizaremos como guía.

COMENZAR A TEJER

Como hemos decidido que el tapiz llevará flecos, iniciamos con un nudo turco que realizaremos durante siete hileras, de las cuales, la primera deberá tener los flecos de una longitud entre 20 y 25 cm. El resto de los flecos apenas deben alcanzar los 5 cm. De este modo conseguiremos dar al tapiz un efecto de profundidad. Entre las hileras de nudo turco haremos unas pasadas de tafetán sirviéndonos de una lanzadera. Es decir, de este modo cubrimos las urdimbres pares, cuando se va de izquierda a derecha y las impares cuando procedemos en sentido contrario.
Efectuadas estas pasadas, utilizaremos el peine para lograr que todo el conjunto se apoye. Una vez que hemos acabado de confeccionar las hileras de flecos, comenzaremos con el tejido de las distintas zonas demarcadas del cartón. Nos encontramos que las lanas de los tramos se acaban y debemos agregar otro hilo. Al principio, es normal que tendamos a tirar demasiado de los tramos con los que tejemos, deformando, sin querer el tejido. Para evitar que eso suceda debemos respetar varias normas elementales:
a) Mantener el mismo grosor de los tramos con las medidas de separación entre dos urdimbres.
b) No tejer de extremo a extremo en una sola pasada.
c) Seguir un orden y en línea recta del tejido de la trama.
De todos modos, la práctica irá determinando la mejor manera de realizar el tapiz.
Podemos utilizar otros puntos de fantasía, como la espiga.
Llegados a las zonas del árbol que nos dibuja el cartón, volvemos a usar el nudo turco de los flecos, intercalando diferentes colores, como el verde por ejemplo. Es conveniente, olvidarse de momento del trabajo que debe llevar el tronco del árbol.
Con respecto al pueblo, podemos hacerlo o no. Si decidimos llevarlo a cabo, hay que realizar la unión de las tramas. Del mismo modo, mantenemos igual criterio para las montañas que forman el horizonte y el cielo. A éste último, le marcaremos zonas distintas combinando diferentes materiales de diversas clases, como el algodón, la seda, etc. usando en ellos los ya comentados nudos fantasías. En el caso particular de las nubes, utilizamos el nudo espiga pero con material muy grueso, con muchos cabos y diferentes del resto.
Para el remate final hacemos el mismo proceso que al comienzo del tapiz: la trenza.
A continuación, quitamos el listón o las reglas para que las urdimbres se aflojen un poco. De este modo, podremos insertar el tronco del árbol que, previamente, habremos preparado con un manojo de cuerdas. La cantidad que debemos usar, dependerá del grosor que deseemos que tenga el tronco que, además, va a llevar las cuerdas revestidas con las lanas de color deseado dándole la forma de tronco con rama. Antes del desmontaje es aconsejable rematar todos los cabos por el revés del tejido, anudándolos unos con otros.
Ahora sí, estamos en condiciones de quitar el tapiz del bastidor y colgarlo desde las urdimbres superiores con un listón, barra o caña de bambú, tal y como cuando hicimos referencia al aconsejar disponer los clavos en línea recta. Por último, debemos aclarar que este tapiz puede realizarse dándole más
realce con la utilización de otros puntos como el zarga, el sumae, etc. pero sólo hemos querido presentar un tapiz de fácil ejecución en el que únicamente es preciso aprender a manejar tres puntos.

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